lunes, 3 de mayo de 2010

qué tomás?

una linda salida planeada desde hacía una semana. un grupo de gente mixta.
llegamos a un bar pequeño, donde nos esperaban más amigos de amigos. era una cadena de conocidos que hacía de la reunión un festejo inolvidable.

fui a la barra con una de las chicas, como acostumbrabamos hacer en este tipo de salidas. me quedé hablando con ella de la vida, de la música, bailamos, tomamos y reimos.

de pronto él traspasó la puerta y nuestros ojos fueron directamente a su persona. volvimos nuestras miradas y sonreimos timidamente. nadie parecía conocerlo.
se detuvo al lado nuestro y actuamos como si no importara, hasta que llegó un amigo en común y nos presentó, pero seguimos en nuestro plan y él en el suyo.

me alejé de la escena por unos minutos debido al intenso calor que hacía allí dentro. quizá me había sonrojado demás. seguí de charla con otros y otras, olvidando a ese individuo que pareció llamar mi atención.

volví a entrar, me acerqué a otra amiga que estaba bailando y comenzamos a exagerar algunos pasos en medio del bar. alguien se puso a hablar con ella y a pedirle fotos, mientras yo quedé en un costado.

me di cuenta que al lado mío estaba quien había logrado sonrojarme sin decir una palabra. comenzamos a hablar y en mi mente no lograba entender cómo había llegado hasta ahí.

me miró directamente a los ojos y como deslumbrado creyó que eran de un color claro. no era cierto, quizá su presencia los hacían ver distintos y la luz contribuía para que eso sucediera. los suyos eran de un color increíble entre celeste, gris y verde... si, muy extraños e intensos.

seguimos hablando y riendo, mirandonos a los ojos.
pasó a su lado un amigo y le convidó un trago sin decir de que se trataba. sonreí al ver su cara luego de aquel sorbo y pregunté qué era.
me propuso darme un beso y ahí descubrir el brebaje. me sonrojé y lo miré...

...y si tuviera el no más fácil no habría historia que contar.